domingo, 6 de junio de 2010

Oeste - Vanessa Vargas Velazquez


Oeste

Soy piedra, de roer dura arista.
Tempestad que corroe y se supera.
Un alud, derrotero, una quimera.
Inestable ecuación que avistas.

Vendaval que su arenal desata,
que fragor se aduce por temida.
Volcán erguido, ave herida
que no por placer su dolor delata.

Remolino audaz que al mar reprende.
Pero encarno en esta lid otra condena
otros hitos a mi ser se le rescata:

Brevedad de ocaso que sorprende,
pacientud de tarde que encadena.
Plenitud de entrega que te atrapa.



Llegué con la cálida madrugada que deja Enero en Misiones, contados doce días de iniciado 1976. En el camino rescaté, de mí, la capacidad de dar sin límites y creer que a través del conocimiento del amor pleno todo es posible.
Entre las letras, la Arquitectura y a veces la danza intento comunicarlo y con Versos de Arena, mi primer paso édito, edifico el intento. Hoy, en el azar del verso que me llama, con ritmo, cadencia melancólica y sensibilidad absoluta, encuentro en Cardinales el rumbo a seguir.

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